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MIERDA, cómo sigue??

MUAJAJAJAJ
He aquí algo que encontré por mi PC. Es algo que hice hace unos meses, cuando lo leí me encantó, me propuse seguirlo, pero... Me olvidé la historia... Es vergonzoso u.u
Así que les dejo esto para que SE MUERAN de la intriga.
Pero sólo eso es muy aburrido, así que una vez que lo lean, pasen por el libro de visitantes y dejen una idea. Tiene que ser corta. Cuando haya un par buenas, voy a programar una encuesta, y depende lo que salga, lo voy a seguir.
La pregunta a responder es... ¿Quiénes son "ellos"?
Piensen, y respondan.
Mila-

UN BUEN GOLPE
Se acostó a la misma hora de siempre, y paseó su mirada por el techo de la pieza. Panza arriba, y con el estómago lleno, todo resultaba mucho más claro: simplemente había sido un sueño. Esa mujer no existía, aquello nunca había pasado; debía dejar de tomar alcohol a escondidas.
No importaba lo que le dijeran, el dolor de cabeza luego de una noche de diversión no valía la pena para nada. Pero… Es que simplemente no podía. Su amigos lo hacían, y se la aguantaban bastante bien, por qué él no? Es que era un cobarde acaso?
Cerró los ojos y varias imágenes empezaron a recorrer su mente. Esa mujer… Era realmente hermosa. NO! No había sido más que una alucinación de su borrachera. Debía haberlo sido. Se relajó, y en cuanto lo hizo, la oscuridad empezó a absorber sus sentidos.
Cuando se quiso dar cuenta, la luz del sol le pegaba en la cara. Abrió los ojos lentamente y vio a través de la ventana por la que se colaban aquellos rayos cegadores. ¿Qué hora sería? Seguramente se había quedado dormido. Extendió su mano hacia la mesa de luz para agarrar su reloj. Pero no lo encontró. Tampoco encontró la mesa de luz. Es más, cuando prestó un poco más de atención para ver qué pasaba, ni siquiera se encontraba en su pieza. Vio las paredes: seguramente alguna vez habían sido blancas, pero ahora eran una mezcla de suciedad, humedad y grasa. Del techo podrido colgaba una lamparita apagada, y la cama era el único mueble de toda la habitación.
-¿Dónde mier-? –Escuchó los unos pasos apresurados acercándose peligrosamente. Llegarían en unos segundos, y debía analizar la situación en el tiempo que le quedaba.
“Repasemos,” pensó, “Anoche, al salir de la casa de Juan, me dirigí a la parada del colectivo. Luego de un rato lo vi a unas cuadras, pero justo antes de que llegara… Sí, aquello ocurrió. No, no importa ahora, la cuestión es que salí con vida de esa situación, y me subí al colectivo.
Llegué a la parada, a la vuelta de casa. Entré. Lo recuerdo por que al hacerlo, Carla estaba viendo tele en el living. Le dije que se fuera a dormir, y fui directo a mi cuarto. Entonces decidí que lo de la parada había sido una alucinación… Y… ¿Me dormí?” Analizó como un rayo cada una de las posibilidades, pero la que más le aterraba era la idea que hubieran asaltado su casa mientras él estaba inconsciente. ¿Cómo podía ser? Eso no tenía sentido, ¿por qué se lo llevarían a el? Quizás era un secuestro… ¿Lo secuestraron mientras dormía? Pero entonces, para llegar a su cuarto, deberían haber pasado por el living primero, y estaba seguro de que Carla se había quedado ahí hasta las 7am… Como siempre. Entonces… No, ninguna idea era demasiado viable. Era difícil pensar cuando estaba conciente del peligro que se cernía sobre el. Los pasos cada vez parecían más cercanos, y el tiempo se le acababa. ¿Qué hacer?
Buscó en sus bolsillos, algo para defenderse. Cualquier cosa. No encontró mucho; en el derecho: más que nada pelusas, y una moneda de 50 centavos, y en el izquierdo: una gomita elástica y un clip. ¿Será posible que justo en el momento en que la necesitaba su navaja suiza no apareciera por ningún lado? Debía arreglarse con lo que tenía, y sabía cómo hacerlo.
Enrolló la gomita entre sus dedos índice y pulgar derechos a modo de gomera. Como proyectil usaría la moneda. Seguramente le daría al objetivo, su puntería era una cualidad de la que podía presumir.
Cuando terminó de armar su dispositivo, vio que la manija de aquella puerta desbaratada empezaba a girar. Puso la mano detrás de su espalda para ocultar sus intenciones, y observó al secuestrador entrar.
-Jojo, ¿ya estás despierto? Supongo que realmente sos un chico duro. –Escuchó una voz burlona de detrás de la puerta. Un segundo después vio entrar a su dueño: un hombre alto y delgado, de mirada perspicaz e inteligente, y cabellos negros y largos atados por un lazo cayendo por su espalda. Sin vello facial y con pestañas largas, en adición a su tez aterciopelada de porcelana, cualquiera lo hubiera confundido con una mujer. Una muy hermosa mujer. Eso de no ser por el tono de su voz.
-¿Dónde estoy? ¿Quién sos? –Había algo en ese hombre que lo incomodaba.
-Ay, pero que maleducado. Encima que nos tomamos la molestia de traerte hasta acá…-El hombre lo vio directo a los ojos. Él, sostuvo su mirada sin demostrar ni un signo de debilidad. Endureció su mirada para que su carcelero supiera que no tenía miedo.- Vos sabés por qué estás acá. Ayer viste algo que no deberías haber visto.- De un momento para el otro, el tono burlón de la voz desapareció, y se endureció hasta llegar a parecerse a la de un juez a punto de dictar una sentencia.
-¿Cuándo? –Se preguntó si no se estaría refiriendo a la supuesta alucinación de la noche anterior.
-Anoche.
“Mierda” sus pensamientos empezaron a fluir como un río. Seguramente el estado de su mente se había traducido en una expresión facial diferente, por que el hombre del pelo largo sonrió: -Exacto. Realmente no creíste que todo eso fue una visión, o si?-Súbitamente, aquel tono de burla volvió a sus cuerdas vocales. Una sonrisa se dibujó en su cara, haciéndolo más similar a una mujer todavía. Su sonrisa parecía dulce, pero sus ojos tenían ese destello cómico que se denotaba en la voz.
-Estaba ebrio.
-Si, y mucho. No sentiste ni el dolor de aquel golpe.
Pensó. No, no se había golpeado. En realidad, lo que pasó en la parada… No, podría haberlo matado, pero no lo tocó, ¿No era así? Asustado, se llevo la mano libre a la frente, para tocar una tela. Era gasa. Se dio cuenta de que rodeaba toda la frente, enrollando su cabeza. Pensó más. Se toco con fuerza en lado derecho de la frente. En efecto, le dolió de sobremanera.
-Pensé… Que no… -Su cara de confusión parecía divertir mucho a aquel hombre cuya sonrisa se hizo más ancha. Intentó hablar otra vez: -Entonces, aquello… ¿de verdad fue real? No tiene sentido… No…-Su voz volvió a cortarse en contra de su voluntad.
-Sí, y el hecho de que lo hayas visto constituye un problema para nosotros.
Un pensamiento asomó por su mente. -¿Nosotros? ¿A quiénes te referís? ¿Quiénes son ustedes?- Demasiadas dudas a la vez.

Quiénes son ellos?
Dejá tu respuesta en el libro de visitantes .

Mila-


PARA QUE SE SEPA!
Si gente, un libro de visitantes ES diferente de un libro de contactos.
CÓMO??
Easy people, en la página de "contacto" me mandan un mensaje privado a mí solita, mientras que en el "libro de visitantes" dejan un mensaje para todo el chusma que se pase por ahí, todo el mundo puede leerlo.
AHORA LO SABEN!
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